El sistema de defensa personal Krav Maga, nunca debió ser necesario.
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Todo empezó en los lejanos años 30 del siglo pasado, en lo que en aquel entonces se llamaba Checoslovaquia. Era la época en que comenzaba a desatarse la segunda guerra mundial, y el joven Imi Lichtenfeld entrenaba en el gimnasio de su padre, quien era policía, y judío.
La situación era cada vez más tensa, y se dieron una serie de eventos, que cambiarían las técnicas de defensa personal para siempre:
Primero, sucedió que Imi Lichtenfeld vio cómo los soldados comenzaban a abusar de las personas civiles. Golpeaban en la calle a todos sin importar su edad, género o tamaño.
Lichtenfeld tenía años practicando algunas artes marciales, y un día la situación lo alcanzó.
Fue agredido por los soldados en la calle, y en ese momento descubrió que pelarse en un gimnasio con reglas, jueces y amigos, era muy diferente a pelearse para salvar la vida.
Esto provocó en él una idea brillante, simple y poderosa:
Tomar los movimientos más contundentes de cada arte marcial que conocía, y reunirlos para crear un sistema de defensa personal que fuera efectivo, y que cumpliera tres requisitos…
Que cualquier persona se pudiera defender de una agresión, sin importar que su agresor fuera más joven o más fuerte.
Que cualquier persona pudiera causarle a su agresor un gran daño, con el mínimo de esfuerzo y movimientos.
Que cualquier persona pudiera salir rápido y con vida, ante una situación de riesgo.
Lichtenfeld comenzó a organizar grupos de enseñanza, y viajó por Europa hasta llegar a lo que hoy es Israel, donde el naciente ejército de este país le pidió que les compartiera sus técnicas, lo que les dio la fama de ser el ejército más poderoso en el combate cuerpo a cuerpo, y le dieron al sistema el nombre de Krav Maga (combate de contacto).
Durante la guerra, cuando Lichtenfeld ya se encontraba en el entonces Israel, que se enteró de que las múltiples personas que entrenó a su paso por Europa, quedaron tan impactadas por la efectividad de su sistema, que pronto organizaron sus propios grupos de enseñanza.
Esto le animó a reunirse con su amigo y gran instructor de artes marciales, Eli Avikzar, quien le ayudó a tener claridad y estructurar al Krav Maga como un sistema, con grados y técnicas específicas por grado.
Pero esto por poco no sucede.
Porque el entonces ya formado ejército israelí, bajo las enseñanzas de Lichtefeld, se estaba convirtiendo en el ejército más poderoso del mundo en el combate cuerpo a cuerpo.
El ejército se habían dado cuenta de que el sistema de Lichtenfeld era tan efectivo, que no quería que esas técnicas pudieran ser aprendidas por cualquier civil irresponsable, que pudiera desatar una ola de violencia.
Fue hasta el final de la segunda guerra mundial, el surgimiento del estado de Israel, y la gran transformación que hubo en el mundo entero, que Lichtenfeld se dedicó a enseñar sus técnicas a civiles.
Así fue como juntos, Imi Lichtenfeld y Eli Avikzar, se dedicaron de forma intensiva durante meses, hasta que lograron desarrollar una versión para civiles, que es la que hoy en día se enseña para que toda la población civil pueda defender su vida, o la de sus seres queridos, en caso de ser necesario.
Por su parte y tras la muerte de Lichtenfeld, Eli Avikzar continuó con la enseñanza y difusión del Krav Maga, e incluso al día de hoy, este trabajo es continuado por el hijo de Eli, Yehouda Avikzar.
El Krav Maga es algo que en realidad nunca debió exitir.
Nunca debió ser necesario.
Lamentablemente aún hoy en día, que no estamos en guerra, sigue existiendo el riesgo latente de ser agredidos en la calle, o peor aún, en la escuela o en nuestra propia casa.
Parece increíble que estando en épocas donde los países «están en paz», aún existen personas que no se tocan el corazón para asaltar en la calle, compañeros en la escuela que abusan de nuestros hijos, o víctimas de violencia en el lugar que se supone debería ser el más seguro del mundo, su propia casa.
Por eso el Krav Maga es necesario, porque es un sistema elegante, efectivo y contundente, para anular agresiones independientemente del oponente.
Porque nadie debería ser víctima de una agresión en la calle.
Nadie debería tener que voltear un hombre le viene siguiendo en la noche.
Nadie debería ir con temor a su escuela.
Nadie debería tener más probabilidad de una agresión, sólo por su estatura.
Mucho menos debería ser víctima de un agresor que vuelve a ver a diario en su propia casa, o a su misma cama.
Aprender defensa personal es como tener un seguro de auto: es mejor tenerlo cuando lo necesites.
A finales de este año, Yehouda Avikzar vendrá a México a dar un seminario, y podrás conocer de primera mano el sistema Avikzar System Krav Maga.
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